Es crucial comenzar cualquier nuevo deporte de manera gradual para permitir que el cuerpo se adapte a las nuevas demandas físicas y así reducir el riesgo de lesiones. Resulta esencial informarse sobre las posibles patologías que pueden surgir al practicar un deporte específico. En este artículo nos enfocaremos en los problemas más comunes en los pies, que pueden aumentar el riesgo de lesiones e infecciones.

• Hematoma subungueal: se trata de un moratón en la uña, bajo la cual se queda acumulada la sangre, generando esa presión el dolor. Ocurre por un golpe fuerte como puede ser un pisotón en deportes como fútbol, baloncesto o rugby, así como por la caída de un objeto pesado sobre la uña como pueda ser una pesa en el gimnasio. También puede ser causado por microtraumatismos, que son golpes pequeños pero repetidos en un período corto de tiempo, como los que se experimentan al caminar o correr largas distancias, especialmente si el calzado no está bien ajustado y presiona con la parte delantera de los dedos. Para prevenirlo, es importante no practicar los deportes mencionados sin calzado y usar zapatillas que no opriman los dedos ni que sean excesivamente grandes, con la talla correcta. Si se experimenta dolor en las uñas y se observa un color marrón o negro, es crucial consultar al podólogo para que drene la sangre y alivie el dolor.

  
  

• Uñas encarnadas: se produce cuando la uña se clava en la piel, conocido como “uñero”. La causa puede ser un corte incorrecto de las uñas o el uso de calzado estrecho en la zona de los dedos, es posible que aparezca en cualquier deporte que precise el uso de calzado. Es importante estar atento a signos como el enrojecimiento y dolor en la zona afectada. En caso de presentar estos síntomas, es crucial acudir al podólogo para prevenir lesiones mayores y posibles infecciones.

  
  

• Rozaduras y ampollas: son lesiones comunes que ocurren principalmente durante actividades como caminar o correr, debido a la fricción repetida entre la piel y el calcetín dentro del calzado. Es importante detenerse tan pronto se note dolor o incomodidad en la zona afectada. En caso de rozaduras, se recomienda proteger la zona con un apósito de segunda piel para prevenir una mayor irritación. Si se desarrolla una ampolla, es crucial buscar atención sanitaria para curarla adecuadamente y evitar posibles infecciones. Si la ampolla se revienta por sí sola es importante no quitar la piel que la cubre, ya que actúa como una barrera protectora natural contra infecciones.

  
  

• Infecciones dermatológicas y ungueales, cuerpos extraños incrustados: las infecciones causadas por agentes fúngicos, virales o bacterianos en la piel y las uñas pueden ser provocados, en ciertos casos, por la exposición desprotegida de los pies en áreas comunes. Este riesgo se incrementa en ambientes húmedos, como las zonas de piscinas. Es crucial utilizar calzado apropiado como sandalias para el agua al trasladarse a la piscina y mientras se utilizan las instalaciones de ducha. La presencia de objetos incrustados en la planta del pie es relativamente más frecuente en actividades deportivas que se practican descalzo, como el yoga. Ante la detección de un objeto incrustado, se desaconseja intentar extraerlo uno mismo, debido al riesgo de incrustar más el objeto o crear una falsa percepción de extracción completa, lo cual puede llevar a la formación de un problema mayor. Se recomienda, por tanto, la consulta con un especialista sanitario ante la presencia de estos problemas. La identificación de dichas patologías puede realizarse observando cambios en la coloración de la piel y/o uñas, así como la presencia de picazón o dolor.

  
  

Uno de los enfoques más efectivos para el manejo de la salud en personas que practican deporte es la aplicación de medidas preventivas, como la autoexploración. En lugar de esperar la aparición de síntomas dolorosos o patologías, es mejor adelantarse para solucionarlo. Resulta efectivo realizar un examen de la piel, poniendo especial atención en los espacios interdigitales, para detectar posibles cambios de coloración como se ha mencionado anteriormente.

Asimismo, es crucial revisar el corte adecuado de las uñas, asegurar un secado completo de los pies después de la actividad y mantener un cuidado óptimo del calzado y los calcetines, tal y como detallamos en nuestro artículo: “Una de las claves en la higiene del pie diabético: el cuidado del calzado y los calcetines”.

En conclusión, realizar ejercicio físico es imprescindible para ayudar al control de la diabetes. Sin embargo, para evitar posibles complicaciones en los pies causadas por el propio calzado u objetos externos, es necesario aplicar medidas preventivas que eviten desarrollar complicaciones graves. Por tanto, desde la Red iDiaFOOT, apostamos por la concienciación sobre la importancia de la prevención en todos los ámbitos del paciente con diabetes, siendo el deporte uno de ellos.